Últimamente se puso de moda el tema de sanación, miles de post en Instagram hablan de las heridas, test de cuáles son tus heridas, podcast de como manejar tus heridas, frases motivadoras para sobreponerte a tus heridas, libros, que herida tienes de acuerdo con tu signo zodiacal. Es una realidad que todos tenemos heridas, de algunas somos conscientes y otras apenas las empezamos a descubrir, unas vienen de la relación con nuestro papá otra de nuestra mamá, algo que nos pasó en la escuela, un evento familiar, etc. El caso es que todos tenemos más de las que nos gustaría aceptar.
Normalmente salen a la luz por un foco rojo, el mío fue una relación un poco codependiente con la que no estaba cómoda. Platicándolo y trabajándolo en dirección espiritual, me sugirió complementar el proceso con terapia. Y sí, a través de la dirección espiritual y terapia fui sanando y ordenando esa manifestación de mí. (Importante: En el proceso de sanción es vital tener un acompañamiento adecuado porque luego entre tanta información que hay acabamos metidos en terapias extrañas o en corrientes que no nos llevan a una sanación profunda).
Una vez que entendí de dónde venía mi herida y como sanar, salió una nueva, y luego descubrí otra, y otra y otra. El caso es que me sentía como una manguera con fugas, tapas un hoyito y sale el agua por otro que ni siquiera sabía que estaba ahí. Además de ser frustrante es super cansado estar tapando esos hoyitos… solo tengo dos manos no me alcanza para tapar todas las fugas…
Así que me cansé… Me cansé de agregarle heridas a mi lista. Me cansé de decirme a mi misma “tengo que trabajar en esto” o de disculparme diciendo “estoy intentando mejorarlo”. En medio de este sentimiento de derrota, me di cuenta de que en todo este proceso de conocerme y de crecer se me olvido saberme amada por Dios. Se me olvido qué mi imperfección es perfecta para Dios. Que no se trata de que yo tape todos mis hoyitos, sino que deje que la gracia de Dios los tape o los deje ahí para poder regar lugares a los que no llegaría si no existieran… No sé, solo Él sabe cómo usar mis heridas para mi salvación y la salvación de la mayor cantidad de almas.
El punto es que me preocupé tanto por mejorar, evaluar, renunciar, sanar etc. que perdí de vista que Dios ya me ama así, con heridas e imperfecciones. Que no necesito hacer nada más para recibir su amor, que ya soy su hija, con toda la dignidad que eso conlleva, soy hija del Rey, no por mis méritos sino porque él me eligió para que así sea. Claro que Dios disfruta ver mi proceso de crecimiento y liberación de mis máscaras o de las mentiras generadas por heridas. Él quiere que sea libre, y para ser libre primero debo saberme amada, sentirme amada como Él ama, no como yo creo que me lo merezco o no.
Si estás leyendo esto, y te sientes cansado, o que no avanzas, que estás lleno de imperfecciones, no te preocupes, Dios así te ama, y no hay nada que puedas hacer o dejar de hacer para perder su amor. No te desanimes en tu proceso de sanación, y cuando estés cansado probablemente sea porque estás olvidado que tu fortaleza está en Dios y que si caminas con Él a tu lado no importa si el agua de la manguera se desborda por todos lados o si no te alcanzan tus manos para tapar hoyos, porque el que controla la manguera es Dios y Él mejor que nadie sabrá que hoyos tapar y que otros dejar abiertos un rato más y siempre tendrás sus manos para tapar, sostener, enfocar, secar, o simplemente para darte cuenta que en este camino de sanación no estás solo.
Dios quiere sanarte no para cambiarte sino para liberarte.